domingo, 10 de mayo de 2009

Padre Alberto


Cosas interesantes han estado pasando en el seno de la iglesia católica y esta vez siguen siendo escándalos por hombres que violan la ley de Dios (según la iglesia). Pues primero esta el caso del presidente de Paraguay quien merece solo la mención esta vez por sus actos desleales en contra de la iglesia y de la moral. 

Pero quien más me ha llamado la atención, ha sido el padre Alberto, ese cura que haciendo las veces de Laura en América pero en show con mucha menos violencia y más dialogo. Eso era lo único que sabia de este cura hasta hace unos días cuando estallo el escándalo. Y sus palabras merecen énfasis:

"Nunca voy a pedir perdón por amar a una mujer” 

"Hice todo lo que la Iglesia me pedía (...) hasta que no pude. Traté con todo mi corazón de ser fiel a Cristo y de ser fiel a lo que Dios me pedía, pero fallé"

"Yo sabía que Dios me estaba mirando. ¿Si creo que me condena?... (No responde) Creo que Dios es muy grande. La institución, la Iglesia, es otra cosa. Hay muchos jueces que agarran un martillito y empiezan a dar golpes".

Habla un pecador. Habla un ser humano, habla un hombre. Yo no soy quien para condenarle, pero en todo caso, ¿por que? ¿Acaso amar a una mujer es pecado? De repente que si, porque eran reglas de la iglesia a la que estaba sometido y al quebrantarlas ha pecado (imagino yo).

El padre Alberto no es una víctima del destino o del sistema, sino una oportunidad más para decirle a la iglesia: ¡estás equivocada! Una iglesia hipócrita, con reglas que solo son un atropello a la naturaleza humana, imponen reglas de muy altos requerimientos que hacen que el ser cura sea además de un sacrificio, un sacrilegio.

El padre Alberto es el prototipo de lo que es Lito. Ambos, sometidos a la ley de sus iglesias, a las que han tratado por años ser fieles, cuando se dan cuenta que también son seres humanos, es cuando sienten que las reglas de sus iglesias son como espadas filosas sitiándolos contra la pared. Es el momento en el que sienten que las reglas de sus iglesias deben cambiar porque de pronto sus reglas en vez inspirar paz, desesperan; en vez de brindar amor, vienen cargadas de desaliento; en vez de brindar consuelo, brindan rechazo. Y a la gente se le enseña eso y solo por encima, sin profundizar mas, por eso la iglesia esta cargada de fanáticos religiosos, esos que sirven para condenar a los demás y verles de menos. 

Pero padre Alberto: Esa gran mayoría de gente sabe lo que esta usted pasando, lo entienden a la perfección y espero que le apoyen y sean agentes de cambio, porque al final de todo, ¡yo mismo estoy seguro que Dios no le condena por amar a una mujer! Si su iglesia le rechaza, mi iglesia tiene los brazos abiertos para darle la bienvenida. 

viernes, 1 de mayo de 2009

Mi Hipocresía


-En conclusión: yo entiendo que debo someterme a la ley de Dios, pero en mi debilidad estoy sometido a la ley del pecado. – Rom. 7:25 (Versión Dios habla Hoy)

Hablando con gente por MSN un poco acerca de mi vida sobre mi homosexualidad y el hecho de que asisto a la iglesia, tiende a causar cierta gracia sobre la incoherencia entre estos dos temas: Dios y homosexualidad. Porque soy consiente de esa situación aclarare y defenderé mi causa.

¿QUIEN SOY YO?
¿Quién yo soy realmente? ¿Cómo me defino? Pues esas preguntas son un poco difíciles de responder porque luego entramos en filosofía y eso es algo pesado para mi, pero hasta el día de hoy y con todo lo que hago y pienso, primero me considero un ser humano con todo y anexos, también se que tengo una atracción sexual-sentimental hacia mi mismo sexo, esto es, hacia otros hombres y también por lo que mi espíritu y corazón han deseado por tantos años también soy cristiano. (Aunque no es cuestión de desear algo sino llevarlo a cabo)

Pero ¿Cómo es posible que un cristiano sea gay? Pues eso del todo no lo se. Si al cielo se va por hacer todas las practicas litúrgico-religioso-ortodoxo-evangélicas que me piden en la iglesia que debo hacer, pues entonces me voy al infierno porque casi no hago mucho… mas mi denominación de Cristiano esta condicionada por la fe que he puesto en Dios acerca de su salvación para mi vida, por la decisión y las decisiones que tomo de entregar mi vida siempre con todos mis pecados y por ser quien yo realmente soy ante los ojos de Dios, entre otras cosas. Podría más bien decirse que soy un hijo de Dios, de eso estoy seguro, pero no un cristiano. Porque un cristiano que asiste a la iglesia regularmente, ora, lee la Biblia, tiene su devocional diario con Dios, ayuna, ofrenda, evangeliza, ejerce la misericordia con sus semejantes regularmente pues no soy, eso definitivamente.

¿EL PODER DE DIOS VS. HOMOSEXUALIDAD?
Pero un buen cristiano pensará: ¿acaso no hay poder en Dios como para que un verdadero cristiano sea libre de las ataduras que le agobian? (¿Verdad que si la hago de cristiano?, esa es la jerga que usamos en la iglesia, no se pero a veces me siento como la cizaña en medio del trigo) pues eso lo creo, se que Dios tiene el poder suficiente como para haber creado no solo el cielo y la tierra, sino todo lo que en ellos hay, tiene el poder para detener la guerra en Israel con palestina, tiene el poder para sanar a los millones de infectados de sida en África, tiene el poder para convertir al desierto de Sahara en un fértil valle, hombre! Todo lo erróneo, malo, defectuoso y anómalo que existe en esta tierra Dios lo puede corregir, a mi parecer, a mí entender de Dios. 
Pero por alguna misteriosa razón, una muy misteriosa, Dios no lo hace. Por ejemplo de esto pongo el hecho de que se que Dios pudo perfectamente haber detenido el tsunami que azoto el sudeste asiático en 2005 o haber hecho del 11 de septiembre del 2001 un día cualquiera pero no lo hizo. Surge la pregunta ¿por que? Yo no lo se, solo me limito a decir que Dios es soberano en sus decisiones y que tiene un plan preestablecido para la humanidad, entre la que estoy yo. 
En resumen, a la pregunta que un cristiano se hace, esta es mi respuesta: se que Dios tiene el poder de convertirme en heterosexual o al menos quitarme la inclinación homosexual, pero por alguna razón no lo ha hecho. Aquí lo que importa es: ¿lo hará? Eso ciertamente tampoco lo se.

EL DILEMA
Entonces ¿Que debería hacer yo? Como buen cristiano que digo ser pues esperar en Dios por medio del celibato ¿no? Pero surge desde lo mas profundo de mi interior un clamor, un aullido de dolor, un grito de desaliento que no esta de acuerdo con el celibato y no es solo mi carne la que representa esta voz (vaya que mi cuerpo quiere saber que es estar en intimidad con otra piel, otro aliento, otros olores y sabores) sino que también es mi corazón que esta ansioso por disfrutar de ese sentimiento que hace que la vida se “llene de mas vida”, el amor.
Entonces si rechazo el celibato, si decido tener novio, o amante, ¿será que Dios me rechaza? Pues eso es lo que leo en la Biblia, leo claramente en 1 Cor. 6:9 que echarse con varón como si fuera una mujer pues me aleja del cielo, del reino de Dios, y yo no soy quien para decirle a Dios que esta equivocado por lo que allí dijo, o de repente quiso decir otra cosa y se ha malinterpretado desde hace mucho tiempo pero en todo caso, si no le gusta a Dios que tenga sueños húmedos con varones (sueños húmedos no pajitas jeje) pues en él esta el poder para quitarme los deseos homosexuales ¿no? 

Porque yo lo entiendo así: soy Lito y soy heterosexual, tengo novia y me encanta mi novia porque me gustan las muchachas pero tengo una gran lucha, y es que también me gusta mucho el alcohol, soy algo…borracho, pero eso se controla fácil digamos, todo es cuestión de no ir a bares o cantinas, no juntarme con borrachos, y no pensar mucho en cervezas y pues el vicio se mantiene controlado porque no es algo que se necesite, o que al menos mi espíritu humano necesite. (Un suponer muy tonto pero espero sirva) Y pues debo preocuparme mucho por lo que 1 Cor. 6:9 dice porque Dios no acepta los borrachos, pero bueno, como dije la cerveza no es una necesidad fundamental del ser humano así que lo siento cerveza, por amor a Dios y también a mi mismo te dejo…

Pero si soy Lito y soy gay, tengo novio y me encanta mi novio porque me gustan los muchachos pero tengo una gran lucha, y es que también me gusta mucho el alcohol, soy algo…borracho, pero eso se controla fácil digamos, todo es cuestión de no ir a bares o cantinas, no juntarme con borrachos, y no pensar mucho en cervezas y pues el vicio se mantiene controlado porque no es algo que se necesite, o que al menos mi espíritu humano necesite. Ciertamente debo preocuparme mucho por lo que 1 Cor. 6:9 dice porque Dios no acepta los borrachos, pero bueno, como dije la cerveza no es una necesidad fundamental del ser humano así que lo siento cerveza, por amor a Dios y también a mi mismo te dejo… pero 1 Cor. 6:9 dice que tampoco acepta a los gay en el cielo (a los que se echan con varones) entonces sumado a las demás luchas que tengo como ser humano, encima debo preocuparme de no echarme con varones… pero como rayos me olvido de los varones si son tan lindos, si me inspiran, cautivan mi atención y me hacen soñar y suspirar, porque lo del alcohol creo que no es algo que se necesite como ser humano que soy, pero ¿el amor? Que soy como ser humano sino hay alguien a quien amar, en quien pensar, con quien tener problemas a diario pero con un buen polvo nocturno (a manera de disculpa) perdonar, etc., etc., etc.… Dios ¿como?

EL ULTIMATUM A DIOS
¿Entonces? El celibato es la opción “mas cristiana” pero vaya que difícil ¿no? Pero el cristiano seguirá arguyendo: “Esa es la cruz que debes tomar en tu vida Lito” y luego yo quede de lo mas consolado con sus palabras, digo, amo a Cristo, de verdad que si, pero ¿Acaso no fue Cristo el que me imputó su santidad y se llevo mi pecado? (no solo los presentes o los pasados, sino también los futuros) ¡ah!, ¿quieres decir que tienes licencia para pecar libremente? Eso no lo creo, porque yo puedo lidiar con no mentir, no matar, no robar, es mi deber ayudar a los demás de mil y una maneras pero no puedo lidiar, repito, NO PUEDO EVITAR ver a un hombre, que me llame la atención, que me guste, enamorarme y si se llega al caso acostarme con el. 
Es decir, de hecho si puedo evitar los últimos dos, enamorarme e irme a la cama con un hombre (siempre y cuando haya un verdadero amor) porque ya lo he hecho y podría seguir así toda mi vida, pero por eso escribo esta entrada, este blog, porque he sido un frustrado y deprimido, porque me siento hipócrita, viviendo una doble vida, mintiendo y vaya que estos ¡también son pecados! ¿Pero que otra me queda? Fui orillado a serlo. 
Yo jamás elegí que me gustaran los hombres, de haber sabido hubiera elegido a las mujeres, así me evito años de depresión y soledad, pero no me ha quedado otra, improviso con mi vida, así la vivo, improvisando; me siento como un barco sin destino, a la deriva y a punto de naufragar, sin embargo ya no quiero seguir así, he depositado toda mi confianza en Dios desde muy joven, esperando a que esta “situación temporal juvenil” se vaya de mi, “me pase”, y como dije antes, me he prometido estar hasta los 25 años así, esperando en Dios, si Dios “no responde” a la vez habrá respondido, su silencio otorgara “mi pase a la homosexualidad”, y cuando digo silencio no me refiero a que un profeta venga y me lo diga o algo por estilo, el silencio de Dios con respecto a mi consiste en que no me quite mis pensamientos homosexuales y que no imponga pensamientos heterosexuales, porque en ese Dios he creído, en el de los milagros (hasta el milagro en el que convierta a un homosexual en heterosexual) así que si Dios no responde, simplemente es porque no quiere, porque no esta en sus planes el cambiar mi orientación sexual; Y si tampoco la cambia no creo que quiera que yo viva una seudo heterosexualidad sufrida.
Y si me voy al infierno por andar arriesgándome peligrosamente por andar “adivinando” que es lo que Dios quiere conmigo con respecto al tema,  antes de que me mande, le diré con mucho dolor en mi alma: Señor, te esperé 25 años de mi vida, te lo pedí muchas veces, destrozado clamé con mi ser desnudado en la soledad y la privacidad que a ti tanto te gustaba pidiendo tu milagro, y hasta te di un ultimátum para que hicieras tu milagro, y nunca llegó y pensé que igual habías hablado y sido muy claro, por eso hice lo que hice, viví como viví a partir de los 25, he vivido, y ahora heme aquí ante ti, estoy listo. Y zas! al infierno Jeje… bueno, ahora me río (pero para pasar el trago amargo de pensar que estoy dispuesto a decir eso y a Dios) ya en aquel rato es otra historia. 

“Pero yo se quien soy, se de donde vengo y a quien voy, se quien es mi dueño, porque me compró por amor.”

En caso de que cumplidos los 25 años Dios haya hablado (es decir haya hecho el milagro) pues al menos (digo “al menos” por haber pasado 25 años relativamente sufridos, entre otras cosas) no voy a tener que estar convenciendo a mi conciencia de lo contrario a lo que me dicen los cristianos y las gentes por ser gay, es decir, voy a tener una conciencia descansada, preocupándome pero por otras cosas como no robar, no matar, no engañar, no codiciar mujeres de mas, ah… suena bien.
En todo caso, yo se quien soy, se de donde vengo y a quien voy, se quien es mi dueño, porque me compró por amor. La vida continuara después de los 25 años (supongo) y seguirá siendo buena. Mejor. Independientemente de todo, Dios sigue siendo mi Dios.

NOTA: la vigencia de las ideas y formas de pensamiento recién plasmados en este post no tiene un carácter indefinido.