Guatemala ha sido por tradición religiosa un país católico y no fue hasta el año pasado cuando la población evangélica superó a la católica. Y yo creo que lo mismo esta ocurriendo en Honduras, en donde se establecen nuevas iglesias, las iglesias que ya existían amplían sus templos, florecen medios de comunicación evangélicos, en la calle uno se topa con muchos evangélicos, etc.… parece que ser evangélico se ha puesto de moda en los últimos años.
Y es eso lo que me preocupa, no la cantidad de evangélicos sino su calidad. Empezando por mí… Mi calidad de evangélico la determina (creo yo) mi conocimiento bíblico y de la iglesia en general (no es gran cosa pero considero esta por arriba del promedio), mi anhelo de tener a Dios en la cúpula de mis prioridades y mis intentos muchas veces infructuosos de servir con todo a Dios y sin tener cargos de consciencia.
Y es que una cosa es ser gran fanático de Jesús Adrián Romero, Marcela Gándara o Alex Campos; escuchar la radio cristiana de más audiencia y sus programas dirigidos a la subcultura evangélica y asistir domingo a domingo con el máximo glamour posible a todos los servicios que la iglesia “ofrece”. Pero otra cosa es ser fanático de Jesús el Cristo, conectarse con Él por medio de la música que Él nos sirve e ir a la iglesia a escuchar vehementemente la palabra de Dios.
Y me he valido de platicas con gente que va a alguna iglesia para averiguar que saben del por qué van a la iglesia. De esa manera me doy una idea de lo que se aprende al por lo menos frecuentar una iglesia en sus distintos servicios.
Un día hablando con alguien aprendí algo inquietante. No se como pero llegamos a debatir sobre el día de reposo. Esta persona aseguraba que el día de reposo era el domingo y yo le decía que tal día era el sábado (Ambos teníamos la razón pero basándonos en distintas perspectivas creo yo). En la platica le argumentaba que el día de reposo bíblico era el sábado, que era el mismo en el que Dios descanso después de la creación, etc.… a mi me decía que en la Biblia no mencionada el nombre del día así que el domingo era el día de reposo (tal vez por tradición pensaba así quien sabe). Le sugerí que buscara en su Biblia sobre el tema, que en algunas se indicaba en sus notas sobre el día de reposo, que ese día equivalía a sábado (Shabbath). Pero aun con pruebas irrefutables (una Biblia) me dijo que le estaba confundiendo. Que no le iba a hacer cambiar de opinión.
Y este es precisamente el punto que quiero tratar.
La tradición se arraiga, particularmente, a la fe de las personas de modo que guían sus maneras de pensamiento y comportamiento basadas en la tradición, en lo habitual y lo cotidiano. Pero cuando la tradición se ve amenazada por ideas nuevas hay un conflicto de pensamiento y es lo que le paso a esta persona que aun con pruebas incuestionables no se le hacia fácil asimilar que tanto tiempo había creído algo que no era tan valido bíblicamente. Y esto se trataba “solo” del día de reposo, que particularmente en mi iglesia se me ha enseñado que cualquier día de la semana puede serlo. Pero ese es un tema aparte.
Pero si yo vengo con mis nuevas ideas acerca de lo que la Biblia dice sobre la homosexualidad, esta persona y muchos con esa forma de pensamiento (la gran mayoría de los evangélicos) serian incapaces de aceptarlo. De hecho yo soy incapaz de aceptar todo lo que he leído en pro de la homosexualidad en la cristiandad, entre otras cosas porque no estoy preparado teológicamente pues no domino el griego y hebreo, no soy exégeta y mis conocimientos en hermenéutica bíblica son solo un sueño. Por tanto, mi forma de pensamiento con respecto al tema esta poderosamente influenciado en lo que desde siempre he escuchado a través de la iglesia.
Mi inspiración en esta situación es Martín Lutero, pues tenía ideas antitéticas a la tradición de su tiempo. El no se basó en un interés personal (mas que el de tener paz con Dios) sino que se baso en lo que Dios tenia establecido en su palabra. Así yo, que no debo basarme en un interés personal (mas que el de tener paz con Dios) sino que debo basar mi forma de comportamiento y pensamiento en lo que dicen las sagradas escrituras; Sin malabares hermenéuticos, intereses personales y tampoco con prejuicios, solo tratando de encontrar la opinión de Dios con respecto a la homosexualidad, de manera que una vez encontrada la verdad, esta me haga verdaderamente ¡LIBRE!
Blog de un cristiano tratando de amar a Dios, un estudiante tratando de sacar buenas notas, un gay tratando de amar, gustar, acariciar, sentir... de una persona que solo quiere vivir su vida y que ha puesto su mirada en el cielo, teniendo una fe que salva y a la vez tiene la mirada en la tierra para saber que puede hacer para resolver las diversas situaciones en las que se encuentra.
sábado, 24 de abril de 2010
viernes, 16 de abril de 2010
Sentimientos de un Cristiano Gay: La Ilusion
Hace mucho tiempo, William Shakespeare escribió Romeo y Julieta que relata la tragedia de dos jóvenes enamorados, ambos separados entre si por sus familias que son enemigas pero que ante la adversidad deciden mantener firme su amor tanto tiempo como les sea posible.
Y hoy me he quedado pensando en los momentos en los que cada uno de los amantes piensa en el otro, recuerda la singular silueta de su amante, escucha su voz inesperadamente hablando en su cabeza, percibe su olor impregnado en su nariz y sueña con tenerle cerca para expresarle su amor de mil y una formas. Después de esto puedo decir que la ilusión de una persona con un amor tan difícil es un recurso de salida que calma temporalmente las ansias por el otro.
Y me he puesto a pensar en cuanto yo he hecho uso de este recurso en la vida. Es mas, creo que mis sentimientos están basados en este pues son solo una ilusión, son solo un sueño, una utopía y me son inalcanzables por tener gustos distintos, singulares o extraños. Y es que ser gay en una cultura social tan machista y fálica es ir contra la corriente. Pero ser cristiano y ser gay en esa misma cultura es ocupar el lugar del faraón en el mar rojo cuando persigue a los israelitas al escapar de Egipto mientras dos maremotos simultáneos y opuestos entre si están dispuestos a aplastar todo cuanto esté entre ellos. ¿Qué me ha pasado a mí? Pues que me he quedado en medio, viendo ambas paredes de aguas estruendosas rodeándome y dejándome sin escapatoria o dicho de otra manera, me limito a vivir el amor platónico una y otra vez pues sino, sere aplastado vilmente.
Cuando tenía 16 años en el colegio me enamore tremendamente de un chico de mi colegio. Ese amor duró mas o menos 4 años durante los que solo viví de la ilusión, de señales que el otro chico parecía darme, de sus mirada que me cautivaba (tenia unos hermosos ojos verdes) y a la vez del dolor de no poderle decir nada sobre lo que sentía por el. Y así me la paso hasta el día de hoy, bien cumplidos mis 23 años. Aunque no me he vuelto a enamorar como entonces, sí me han gustado muchos chicos (me siguen gustando) y a lo mas que he podido llegar es a verles y a disfrutar del momento de cuando nuestras miradas se cruzan y posterior a eso me encierro en mi mundo de las fantasías y es cuando mi mente vuela al soñar. Lo triste es cuando despierto a la realidad que me dice que los chicos no suelen enamorarse de otro, realidad que me dice que los hombres cristianos no se enamoran de otro hombre (solo David podía hacerlo de Jonatan) y realidad que me exige constantemente por mi bien definir cual es mi lugar en este mundo y no solamente vivir ahí dentro en mi cabeza.
Los posibles caminos a tomar son casarme con una mujer y vivir como en heterosexual común y corriente, salir del closet y vivir buscar el amor con mi hombre o el celibato, como el que vivo hoy. La verdad es que ninguno es perfecto pero es lo que hay. Casarme con una mujer es un riesgo. Suena a vivir en un engaño, ajustarme a reglas y patrones de vida establecidos por la cultura social regente, posiblemente buscar sexo nocturno con otro hombre y vivir una vida totalmente infeliz por todo lo anteriormente mencionado. O puede ser que me acople a la familia que es lo que siempre he querido, ser un padre de familia. Uno realmente bueno.
Salir del closet suena bien, aunque no del todo. Suena bien porque seria lo mas sincero de mi parte, explicaría la relación cercana con el hombre con quien viviría y seria lo mas apto a la realidad de mi persona en cuanto a gustos, sentimientos y sensaciones. Pero suena mal porque podrían haber repercusiones sociales que no quiero mencionar. Sin hablar de las divinas, según me lo predica la iglesia y sobre creo esta basada la cultura social de mi país.
Y queda el celibato o lo que es lo mismo, seguir la vida como la vivo hasta hoy aunque eso da una sensación de estar incompleto, de estar en cuarentena por ser homosexual, de estar en stand by del amor por algo de lo que no soy responsable, da lugar a constantemente estar peleando con uno mismo por ser quien es, con la carne por ver hombres, tener sexo con uno mismo o con otros, con Dios pidiéndole fuerzas, sabiduría, y un largo etc. Prefiero estar a Dios rogando pero con un macho estando, sea con el hombre de mis ilusiones o sea con un hijo (familia), ambas opciones después de todo son una maravilla si es que así me encargo de verlo yo.
Pero en mi realidad actual, no hace mucho tiempo andaba “buscando el amor” decía yo. Abrí una cuenta de correo para ello, hice un perfil en facebook o similares, me metía al chat a conocer gente y de allí lo único que conseguí fue conocer los placeres del sexo. Aunque nunca llego el amor hubo gente que me dio buenos consejos, como no buscar amor en un chat, que allí lo que los hombres buscan es sexo, es mas, que el amor no se busca, solo se le encuentra.
Hoy después de todo estoy como el coronel que no tiene quien le escriba de Gabriel García Márquez, sentado ilusionado con la firme esperanza de que podría venir el amor pero por mientras espero en el muelle canto la canción de Jaci Velásquez de que no necesito hombre; si viene, grandioso y sino viene pues ¿que mas da? La vida sigue igual. Viviré.
Y hoy me he quedado pensando en los momentos en los que cada uno de los amantes piensa en el otro, recuerda la singular silueta de su amante, escucha su voz inesperadamente hablando en su cabeza, percibe su olor impregnado en su nariz y sueña con tenerle cerca para expresarle su amor de mil y una formas. Después de esto puedo decir que la ilusión de una persona con un amor tan difícil es un recurso de salida que calma temporalmente las ansias por el otro.
Y me he puesto a pensar en cuanto yo he hecho uso de este recurso en la vida. Es mas, creo que mis sentimientos están basados en este pues son solo una ilusión, son solo un sueño, una utopía y me son inalcanzables por tener gustos distintos, singulares o extraños. Y es que ser gay en una cultura social tan machista y fálica es ir contra la corriente. Pero ser cristiano y ser gay en esa misma cultura es ocupar el lugar del faraón en el mar rojo cuando persigue a los israelitas al escapar de Egipto mientras dos maremotos simultáneos y opuestos entre si están dispuestos a aplastar todo cuanto esté entre ellos. ¿Qué me ha pasado a mí? Pues que me he quedado en medio, viendo ambas paredes de aguas estruendosas rodeándome y dejándome sin escapatoria o dicho de otra manera, me limito a vivir el amor platónico una y otra vez pues sino, sere aplastado vilmente.
Cuando tenía 16 años en el colegio me enamore tremendamente de un chico de mi colegio. Ese amor duró mas o menos 4 años durante los que solo viví de la ilusión, de señales que el otro chico parecía darme, de sus mirada que me cautivaba (tenia unos hermosos ojos verdes) y a la vez del dolor de no poderle decir nada sobre lo que sentía por el. Y así me la paso hasta el día de hoy, bien cumplidos mis 23 años. Aunque no me he vuelto a enamorar como entonces, sí me han gustado muchos chicos (me siguen gustando) y a lo mas que he podido llegar es a verles y a disfrutar del momento de cuando nuestras miradas se cruzan y posterior a eso me encierro en mi mundo de las fantasías y es cuando mi mente vuela al soñar. Lo triste es cuando despierto a la realidad que me dice que los chicos no suelen enamorarse de otro, realidad que me dice que los hombres cristianos no se enamoran de otro hombre (solo David podía hacerlo de Jonatan) y realidad que me exige constantemente por mi bien definir cual es mi lugar en este mundo y no solamente vivir ahí dentro en mi cabeza.
Los posibles caminos a tomar son casarme con una mujer y vivir como en heterosexual común y corriente, salir del closet y vivir buscar el amor con mi hombre o el celibato, como el que vivo hoy. La verdad es que ninguno es perfecto pero es lo que hay. Casarme con una mujer es un riesgo. Suena a vivir en un engaño, ajustarme a reglas y patrones de vida establecidos por la cultura social regente, posiblemente buscar sexo nocturno con otro hombre y vivir una vida totalmente infeliz por todo lo anteriormente mencionado. O puede ser que me acople a la familia que es lo que siempre he querido, ser un padre de familia. Uno realmente bueno.
Salir del closet suena bien, aunque no del todo. Suena bien porque seria lo mas sincero de mi parte, explicaría la relación cercana con el hombre con quien viviría y seria lo mas apto a la realidad de mi persona en cuanto a gustos, sentimientos y sensaciones. Pero suena mal porque podrían haber repercusiones sociales que no quiero mencionar. Sin hablar de las divinas, según me lo predica la iglesia y sobre creo esta basada la cultura social de mi país.
Y queda el celibato o lo que es lo mismo, seguir la vida como la vivo hasta hoy aunque eso da una sensación de estar incompleto, de estar en cuarentena por ser homosexual, de estar en stand by del amor por algo de lo que no soy responsable, da lugar a constantemente estar peleando con uno mismo por ser quien es, con la carne por ver hombres, tener sexo con uno mismo o con otros, con Dios pidiéndole fuerzas, sabiduría, y un largo etc. Prefiero estar a Dios rogando pero con un macho estando, sea con el hombre de mis ilusiones o sea con un hijo (familia), ambas opciones después de todo son una maravilla si es que así me encargo de verlo yo.
Pero en mi realidad actual, no hace mucho tiempo andaba “buscando el amor” decía yo. Abrí una cuenta de correo para ello, hice un perfil en facebook o similares, me metía al chat a conocer gente y de allí lo único que conseguí fue conocer los placeres del sexo. Aunque nunca llego el amor hubo gente que me dio buenos consejos, como no buscar amor en un chat, que allí lo que los hombres buscan es sexo, es mas, que el amor no se busca, solo se le encuentra.
Hoy después de todo estoy como el coronel que no tiene quien le escriba de Gabriel García Márquez, sentado ilusionado con la firme esperanza de que podría venir el amor pero por mientras espero en el muelle canto la canción de Jaci Velásquez de que no necesito hombre; si viene, grandioso y sino viene pues ¿que mas da? La vida sigue igual. Viviré.
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