viernes, 16 de abril de 2010

Sentimientos de un Cristiano Gay: La Ilusion

Hace mucho tiempo, William Shakespeare escribió Romeo y Julieta que relata la tragedia de dos jóvenes enamorados, ambos separados entre si por sus familias que son enemigas pero que ante la adversidad deciden mantener firme su amor tanto tiempo como les sea posible.
Y hoy me he quedado pensando en los momentos en los que cada uno de los amantes piensa en el otro, recuerda la singular silueta de su amante, escucha su voz inesperadamente hablando en su cabeza, percibe su olor impregnado en su nariz y sueña con tenerle cerca para expresarle su amor de mil y una formas. Después de esto puedo decir que la ilusión de una persona con un amor tan difícil es un recurso de salida que calma temporalmente las ansias por el otro.
Y me he puesto a pensar en cuanto yo he hecho uso de este recurso en la vida. Es mas, creo que mis sentimientos están basados en este pues son solo una ilusión, son solo un sueño, una utopía y me son inalcanzables por tener gustos distintos, singulares o extraños. Y es que ser gay en una cultura social tan machista y fálica es ir contra la corriente. Pero ser cristiano y ser gay en esa misma cultura es ocupar el lugar del faraón en el mar rojo cuando persigue a los israelitas al escapar de Egipto mientras dos maremotos simultáneos y opuestos entre si están dispuestos a aplastar todo cuanto esté entre ellos. ¿Qué me ha pasado a mí? Pues que me he quedado en medio, viendo ambas paredes de aguas estruendosas rodeándome y dejándome sin escapatoria o dicho de otra manera, me limito a vivir el amor platónico una y otra vez pues sino, sere aplastado vilmente.

Cuando tenía 16 años en el colegio me enamore tremendamente de un chico de mi colegio. Ese amor duró mas o menos 4 años durante los que solo viví de la ilusión, de señales que el otro chico parecía darme, de sus mirada que me cautivaba (tenia unos hermosos ojos verdes) y a la vez del dolor de no poderle decir nada sobre lo que sentía por el. Y así me la paso hasta el día de hoy, bien cumplidos mis 23 años. Aunque no me he vuelto a enamorar como entonces, sí me han gustado muchos chicos (me siguen gustando) y a lo mas que he podido llegar es a verles y a disfrutar del momento de cuando nuestras miradas se cruzan y posterior a eso me encierro en mi mundo de las fantasías y es cuando mi mente vuela al soñar. Lo triste es cuando despierto a la realidad que me dice que los chicos no suelen enamorarse de otro, realidad que me dice que los hombres cristianos no se enamoran de otro hombre (solo David podía hacerlo de Jonatan) y realidad que me exige constantemente por mi bien definir cual es mi lugar en este mundo y no solamente vivir ahí dentro en mi cabeza.
Los posibles caminos a tomar son casarme con una mujer y vivir como en heterosexual común y corriente, salir del closet y vivir buscar el amor con mi hombre o el celibato, como el que vivo hoy. La verdad es que ninguno es perfecto pero es lo que hay. Casarme con una mujer es un riesgo. Suena a vivir en un engaño, ajustarme a reglas y patrones de vida establecidos por la cultura social regente, posiblemente buscar sexo nocturno con otro hombre y vivir una vida totalmente infeliz por todo lo anteriormente mencionado. O puede ser que me acople a la familia que es lo que siempre he querido, ser un padre de familia. Uno realmente bueno.
Salir del closet suena bien, aunque no del todo. Suena bien porque seria lo mas sincero de mi parte, explicaría la relación cercana con el hombre con quien viviría y seria lo mas apto a la realidad de mi persona en cuanto a gustos, sentimientos y sensaciones. Pero suena mal porque podrían haber repercusiones sociales que no quiero mencionar. Sin hablar de las divinas, según me lo predica la iglesia y sobre creo esta basada la cultura social de mi país.
Y queda el celibato o lo que es lo mismo, seguir la vida como la vivo hasta hoy aunque eso da una sensación de estar incompleto, de estar en cuarentena por ser homosexual, de estar en stand by del amor por algo de lo que no soy responsable, da lugar a constantemente estar peleando con uno mismo por ser quien es, con la carne por ver hombres, tener sexo con uno mismo o con otros, con Dios pidiéndole fuerzas, sabiduría, y un largo etc. Prefiero estar a Dios rogando pero con un macho estando, sea con el hombre de mis ilusiones o sea con un hijo (familia), ambas opciones después de todo son una maravilla si es que así me encargo de verlo yo.
Pero en mi realidad actual, no hace mucho tiempo andaba “buscando el amor” decía yo. Abrí una cuenta de correo para ello, hice un perfil en facebook o similares, me metía al chat a conocer gente y de allí lo único que conseguí fue conocer los placeres del sexo. Aunque nunca llego el amor hubo gente que me dio buenos consejos, como no buscar amor en un chat, que allí lo que los hombres buscan es sexo, es mas, que el amor no se busca, solo se le encuentra.
Hoy después de todo estoy como el coronel que no tiene quien le escriba de Gabriel García Márquez, sentado ilusionado con la firme esperanza de que podría venir el amor pero por mientras espero en el muelle canto la canción de Jaci Velásquez de que no necesito hombre; si viene, grandioso y sino viene pues ¿que mas da? La vida sigue igual. Viviré.

1 comentario:

  1. juan pablo emmanuel perez12 de noviembre de 2010, 23:52

    muy linda, tu reflexion aunque no soy muy diplomatico para estas cosas algo que te puedo decir es que el amor es un sentimiento muy hermoso del cual lo hemos heredado de Dios... sucede que te puedes enamorar de un hombre o una mujer...sentir un impacto en la mirada del otro y vivr delirando por ese amor imposible que nunca llega y que nunca llegara ... se vuelve una obsesion algo irresistible... a mi me paso.. pero me di cuenta que es una pasion nada mas que eso ...acaso la biblia no dice engañoso el corazon? mi corazon siempre me engaña.. siento que lo que hago esta bien pero cuando no lo esta... bueno me despido otro dia te escribo mas que andes bien... dtb

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