Porque sabemos que la ley es espiritual; más yo soy carnal, vendido al pecado. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?Rom. 7:14-24
¿Significan estas palabras que estoy condenado a ser lujurioso por el resto de mi vida? ¿Qué sentido tiene entonces pedir perdón a Dios por los pecados que cometo yo por el pecado que mora en mí? ¿Se contradicen estas palabras con las de 1 Juan 3:8-9? Las respuestas a estas preguntas no las tengo pero si la experiencia que me ha tocado vivir.
Soy pecador. Soy un pecador compulsivo. Lo cruel de todo es que me place pecar. Es mi costumbre pecar y estoy atado a un ciclo de pecado, del cual no me he podido desligar aunque ya lo he intentado antes. El ciclo de pecado que vivo se compone de mi propia naturaleza (Concupiscencia), lujuria, pornografía, masturbación. A veces he llegado a alguna forma de sexo con otro hombre pero en contadas ocasiones.
¿Mi propia naturaleza es un pecado? Tal ves no lo sea pero es la cerilla que enciende la llama de la lujuria que inicia el ciclo hasta que finalmente acaba, de manera espontánea o debido a sucesos externos que cambian mi situación personal en ese momento.
Mi propia naturaleza me indica que me gustan los varones, sus caras y todo su cuerpo, además me señala que me gustaría mirar de cerca, tocar, estimular y que disfrutare haciéndolo. Es mi propia concupiscencia por la que yo actuó como lo hago, tal como lo menciona el libro de santiago “cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido”. Es lógico pensar que los otros 3 pecados del ciclo dependen de mi concupiscencia sin la cual no existirían. Lo curioso del asunto es que yo no elegí esta concupiscencia. ¿O si? No lo se. Al menos no lo recuerdo.
Lo importante es que a mis 23 años no he podido deshacerme de alguna manera de esta concupiscencia o si eso no es posible, controlarla o ignorarla efectivamente. Pues yo podría deshacerme de toda la pornografía que tengo (otra ves), de modo que no haya combustible para que quiera masturbarme o tener alguna clase de sexo. Pero ¿que hago si veo a un hombre guapo o bueno en la calle, si tengo que ir a un baño público o si tengo que estar en un vestidor? Porque no soy como el resto de hombres (heterosexuales) a los cuales todos estos eventos les resultan ignorables.
Mi concupiscencia parece estar escrita en piedra pero creo que debe ser el objetivo de mi “tratamiento” contra mi impulsividad, mi ciclo de pecado y todo este asunto.
La lujuria es la concupiscencia activada. Yo lo identifico como el estado en el que hay ganas de hacer algo sexual y no parar. También lo identifico de andar con las hormonas revueltas o en mis días “hot”. Lo destacable es que la lujuria me hace pedir más o querer experimentar nuevas cosas. Además antecede a la pornografía en el ciclo pues no necesita de ella para existir aunque puede ser estimulada por ésta. La lujuria me hace adicto a la pornografía además de hacer más “creativos” a los otros pecados del ciclo.
La pornografía ha estado y está fácilmente a mi alcance. Ya lo había mencionado en un tweet que la pornografía ha estado conmigo desde hace un buen tiempo; hoy día (y como siempre) al alcance de un clic. Luchar contra ella es como evitar el calor al cocinar, o caerse mientras uno aprende a caminar. Es decir que es una lucha en vano para aquella persona con una lujuria desarrollada. Tratar de quebrar el ciclo de pecado combatiéndola es como brindar morfina a un herido de guerra, que alivia el dolor pero que no soluciona el problema realmente, siendo solo un tratamiento sintomático.
La masturbación (o el sexo) depende de la lujuria y de la pornografía que a la vez dependen de la concupiscencia. Sin estos la masturbación no tendría razón de ser pues la provocan y estimulan. Es el clímax del ciclo y el objetivo de su existencia.
cuando fue la ultima vez k ayunaste?
ResponderEliminarbendiciones., tu historia me ha conmovido profundamente , yo tambien FUI esclavo de la lujuria , solo hacia las mujeres , pero eso no me hace mejor, SI, NO peor que tu ., la lujuria es lujuria y punto. Es cierto hno que no puedes hacer nada para vencerla pero cristo si que puede.
ResponderEliminardebes ejercer fe en que cristo limpió tus pecados en la cruz , como ves hablo en pasado ...ahí esta la fé si tu crees que cristo murio por nuestros pecados y resucitó al tercer día ...no puedes creer que eres libre del pecado?
Puedes caer muy de vez en cuando pero te levantarás y tardarás meses o incluso años en caer..te hablo desde mi propia experiencia yo estuve preso de la pornografía , masturbación, miraba con deseo a todas las mujeres incluso a mis propias hermanas deseaba ..eso está mucho peor visto porque lo és que ser homosexual y dios me sacó de todo eso ya no miro con malos ojos a las mujeres de mi familia , si veo a una mujer atractiva enseñando casi todo CASI siempre aparto la vista a un lado y si me fijo y siento deseo , siento rabia y me arrepiento en el acto ..no recuerdo con claridad la última vez que me masturbé , y la vez que he caido el señor siempre me ha levantado mas fuerte , me va santificando poco a poco , porque he dejado de creer en mi, para creer en el..antes yo pensaba que yo era una bellísima persona con un defecto muy gordo, que si dios me quitara ese defecto sería perfecto , pero despues entendí que yo era malo, que era como un animal salvaje sin ningun control de sus instintos , comence a odiarme a mi mismo intensamente de modo que se cumplió en mi la palabra "repudiese a si mismo" "el que quiera salvar su vida la perdera, mas aquel que quiera perderla la salvará" conclusión? TU eres malo perverso y las cosas buenas que hay en tí se las debes a dios , en su misericordia para que no fueras un monstruo., ya has dado 2 pasos reconocer públicamente que eres un pecador y reconocer públicamente que no puedes evitarlo , muy bien sólo te falta rendirte y dejar que sea cristo quien gane tus batallas ejerce fé en el , TU ERES LIBRE DEL PECADO POR LA SANGRE DE CRISTO , EL TE LIBERÓ EN EL MOMENTO QUE LO ACEPTASTE.
EL DIABLO TE DEMUESTRA POR TU EXPERIENCIA QUE ESO NO FUÉ ASÍ , ¿A QUIEN VAS A CREER A DIOS O AL DIABLO? CREELE A DIOS CADA VEZ QUE PEQUES REPITETE A TI MISMO QUE CRISTO TERMINARÁ SU OBRA EN TÍ ARREPIENTETE Y SIGUE ADELANTE EL YA LO HIZO "CONSUMADO ES" AHORA TODO DEPENDE DE TU FÉ CONFORME A TU FÉ SUCEDA
Hola,vivo en PR, Soy Pediatra. Este texto de Romanos lo acabo de leer detenidamente, y es un espejo de mi vida,, el mal que aborrezco eso hago. Me he acostado con cerca de 350 mujeres muchas de ellas casadas. en los 2 años de casado he sido infiel a mi esposa unas 18 veces. Es mi lucha interior. Todas las veces pido perdón a Dios, y juro ke sera la ultima vez. Pero vuelvo a fallar. Me siento lejos de su amor cuando eso pasa. He sentido su presencia muchas veces, su paz, su majestad. Muchos creen que soy un esposo perfecto, Pero es una mentira.Todos los dias lucho con esto. Porke siempre aparece una mas atractiva que la anterior. Hasta se que hay dos mujeres casadas en la iglesia a la que fielmente voy que no ocultan sus intensiones,, y no me son indiferentes. Me cuesta mucho no tocarlas, por esto evito contacto con ellas. Pero la situacion se ha vuelto inminente. Que hasta han visitado mi oficina con excusas inventadas. Me siento confundido con este pasaje, serà q el pecado q mora en mi es sin remedio. Que no puedo luchar contra el. Que me debo dejar llevar y estar con ellas, porke me gustan mucho?. Oro a Dios que me de fuerzas y me ayude a entender esto de la salvacion por gracia.
ResponderEliminarBueno, antes que nada, muchas gracias por tu comentario. Me conmovio muchisimoy me dejo sin respuesta, por ahora. Pero quiero decirte que ambos necesitamos su salvacion/redencion/liberacion. Estoy seguro que Dios no quiere que lesigas siendo infiel a tu esposa ni creo que ella o alguien lo merezca. Entiendo lo que estas pasando porque a mi me pasa igualito, aunque la verdad prefiero la masturbacion a estar con otro hombre,pero al final es el mismo pecado. El SEÑOR es bueno y grande en misericordia, siempre vayamos confiadamente ante Su presencia con un corazon SINCERO y humillado,El nos espera y nosotros a El.
ResponderEliminarHe leído esta publicación y todos los seres humanos pasamos por etapas de conflictos internos, si bien es cierto Jesús es nuestro Pastor y nuestra guía en el camino, pero este estuche llamado cuerpo el cual tiene sensaciones y sentimientos nos lleva a hacer cosas que no quisieramos, esto debido a las consecuencias que nos conlleva hacerlo de manera indisciplinada.
ResponderEliminarPablo en este pasaje le fue revelado por medio del Espitiru Santo y él a su vez nos revela, que todos los seres humanos siempre estaremos con el pecado morando en nosotros, si bien es cierto debemos ser fuertes y no cometerlo, considero que no menos cierto es que nos neguemos a ser felices, es decir si soy gay, no quiere decir que me debo negar la oportunidad de amar a alguien y serle fiel, entregarle mi amor de manera limpia, otra cosa es ser gay y ser promiscuo o intertar ser feliz por medio del sexo con muchas personas.
Dios es un Dios de amor y de perdón, las consecuencias del pecado vienen cuando lo hacemos de manera indiscriminada. Yo le confensé a una persona que le quiero, quien también es Cristiano, pero se niega a intentar una relación estable y seria, por el peso que tienen en él con el pecado!, no digo que está mal, pero no considero que las personas nos neguemos a ser felices, necesitamos a Dios y en nuestro caminar a sentir que alguien nos ama, que alguién se preocupa por mi y que ese alguien, si Dios nos deja llegar a la vejez, va a estar a mi lado para cuidarnos, ese alguién va a compartir su tiempo y juntos hacer un camino en la vida, donde Johová será quien nos perdone por medio de Jesús.