lunes, 31 de enero de 2011

La Necesidad de una Nueva Mentalidad


Nadie es más responsable que yo de mi propio bienestar, progreso y felicidad. No valen las excusas, es una mentira de que mi naturaleza me destina a ser un fracasado. No es justo para mí el refugiarme hoy en día en mi pasado para planificar lo que voy a ser y a realizar en el futuro. No es sano ni sabio. Soy consciente de que soy humano, vulnerable al error y al vicio, presa fácil de la humillación y que a veces no tengo los mas productivos pensamientos que me empujen a progresar.

Por eso es necesaria una nueva mentalidad. Una mentalidad en la que primero sea consiente de mis límites actuales pero también me mantenga convencido de que pueden surgir fuerzas en mí de que esos límites pueden ser traspasados. Una visión que me permita contemplar amplios horizontes, de manera que no permanezca enfocada en lo que pudiera yo hacer sino en lo capaz de lo que puedo hacer. Una en que crea que las metas humanamente posibles, son por mi persona realizables; y delante de aquellas metas que no son humanamente posibles recordar que tengo de mi lado la mayor fuerza creadora, salvadora y poderosa del universo. Una mentalidad en la que pueda no solo escapar del vicio sino que me haga invulnerable a este.

Me es valido observar modelos, escudriñar las vidas de seres humanos como yo que han tenido éxito en los diferentes caminos que cada uno de ellos haya tomado. Me es necesario fijarme caminos deseados, realistas y productivos que dicten el ritmo de mis acciones para llegar a cumplir tales objetivos.

Celebrando mi humanidad, examinarme continuamente reconociendo me como un ser de profundas necesidades de diversa naturaleza que deben ser satisfechas estableciendo el balance entre riesgos y beneficios y con el poder determinar cuando es el mejor momento de satisfacer supuestas necesidades. Mantener presente la gran posibilidad que tengo de llegar a errar o a fallar pero aprender de dichos sucesos para que en la próxima no vuelva a caer en el mismo error.

Recordando al Maestro quien para llegar al éxito de su empresa se valió de humildad, determinación, conocimiento, fe, autoridad, amor, convicción, sacrificio, respeto y actitud servicial.

Con esta nueva mentalidad tendría que ser capaz de gozar de una nueva óptica, unas fuerzas renovadas y un espíritu decidido a mejorar por el bien propio y el de los que me rodean.

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