miércoles, 5 de noviembre de 2008

¿Fe Vs. Lito?

Este será uno de los temas centrales del blog creo yo. Es muy importante para mí mi fe, mi amor a Dios y mi lealtad a el. También lo es mi vida entera sin descuidar algo de ella, por pequeño e insignificante que esto sea. De aquí parte entonces un tremendo conflicto en mi interior.
Pero primero veamos el contexto de todo. 
Soy cristiano evangélico (protestante y presbiteriano). Yo nací y crecí con las enseñanzas cristianas, con un profundo respeto y admiración hacia ese personaje en la historia humana al que llamamos Dios. Desde que tengo uso de razón hasta mis 21 años en cultos, salones de clases de escuela dominical, conferencias o mensajes por cualquier otro medio posible he aprendido muchas cosas acerca de Dios, de la biblia, de la historia de la iglesia, y un poquito de varias cosas más porque para variar esos temas me encantan. He llegado a tal punto que he leído la Biblia entera desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Pero ha habido muchas fallas (y aun las hay) y por ejemplo no tengo un tiempo devocional diario o de meditación de la Biblia. No me gusta ayunar ni hacer visitas proselitistas por ejemplo. Pero creo que a pesar de ello pareciera que la relación entre Dios/ religión y yo fuera viento en popa (o a mi así me gustaría que así fuera).

Por otro lado están mis sentimientos. A la vez que crecía en fe y conocimiento de la biblia, crecía como niño, hasta que llegue a la pubertad. Mientras era niño ya sentía cierta atracción especial hacia las personas de mi mismo sexo y como era niño pues no sabía las implicaciones que eso tenia y tendría en el futuro, pero una vez llegada la pubertad se afianzaría más ese sentimiento a manera de confirmación y es donde los problemas comenzaron. Y desde entonces (creo yo que desde los 11 años comencé a desarrollar) he sentido una mayor atracción sensual/sexual/sentimental hacia los hombres. Me gustaba cierto chico de la escuela o algún otro del colegio. Fue un problema grave el que se estaba gestando porque no podía demostrar mis sentimientos a nadie, no podía decírselo a nadie, mi fe comenzaba a chocar contra mi orientación, y desde entonces he estado doblegando mi persona, mis sentimientos, mis gustos, ilusiones y un largo etcétera. Esto trajo como consecuencia una depresión crónica que hasta hoy aun quedan pequeños restos, pero de los cuales trato de librarme, porque no pienso seguir llorando mas, no pienso vivir mi vida ocultándome y refrenando a mi corazón por algo que no tiene culpa alguna (Yo JAMAS elegí ser gay y hasta la vez pienso que no lo hubiera elegido de haber tenido la oportunidad). 
Pero estoy cambiando. Quiero cambiar por mi corazón y por mi mismo. Creo que debo someterme a un proceso que me lleve a tener paz sin tener el conflicto interno Dios Vs. Homosexualidad (Yo lo comparo con el de israelíes y palestinos, que parece que no tendrán fin.) Y en estos días estoy en medio de muchas dudas, temores y conflictos y estos son conmigo mismo y también contra Dios (Aunque yo no lo quiero así). De cómo será este proceso, aun no lo se. De seguro no será perfecto, cometeré muchos errores, acertare un algunas otras cosas, lloraré, reiré, gritaré, correré, saltaré, respiraré, etc... Tan solo viviré mi vida y quiero de esta forma compartirla con ustedes que hoy me leen. De esta manera sean Bienvenidos a mi Blog.

1 comentario:

  1. En serio Lito, me quito el sombrero ante ti.... digo, wow! cuanta sinceridad, y me quedo boquiabierto, porque todo lo que tu pones, yo solamente lo he pensado en la obscuridad de mi cuarto en las noches, cuando estoy mas que frustrado y sin entender porque de muchas cosas... y... ósea... vos lo decís como que... digo... me asombras realmente.... en serio....!!! me identifico completamente contigo, yo también me preguntaba en la pubertad porque debían gustarme los niños y no las niñas, digo, las niñas son bonitas y todo.... pero.... es diferente lo que se siente al ver un niño... y si es mero extraño ya que obviamente no somos como los demás niños... aaaa....!!! ERES GRANDE...!!!

    ResponderEliminar