Alguien me dijo una vez: “este es un relajo bien organizado” y tal parece que así es, y no hablo de mi vida esta vez, sino de el país en el que nací, en el que vivo y en el que quizás muera: Honduras.
En la escuela, colegio, iglesias, en los medios se me enseño a amar a mi país, a respetarle etc.… y yo como soy un idealista digamos que les seguí la corriente pero creo que estaba equivocado porque de este país lo único rescatable es la gente honesta, la que ve como ayuda al otro sin esperar nada a cambio, la luchadora, la que respeta y también tenemos inmensos y valiosos recursos naturales e históricos pero lastimosamente todo parece estarse acabando.
Yo de mi país lastimosamente pienso y siento que es una “mi%rda defecada y revuelta por un montón de mi%rderos” y estos son sus dirigentes, el sistema político y quienes lo acomodan a su gusto (y tampoco generalizo, porque espero que haya un “justo” en esta sodoma)
Una vez leí un pensamiento de uno de los próceres de este país y este mas o menos dice: “Que tu patria sea el altar donde ofrendas tu vida y no el altar del que tomas la ofrenda para tu vida” (definitivamente no es ese el pensamiento pero he intentado plasmar la idea de este) y parece que nadie o muy pocos ponen en practica este pensamiento y es que para que ocurran las cosas que en este país ocurren y como transcurren, que van desde cruzarse el semáforo en rojo hasta lo que nunca se sabrá y que solo queda en la conciencia de quienes lo hacen.
Digo todo esto porque en la universidad nacional autónoma de honduras (de la que soy un estudiante) tenemos ya cinco o más semanas de no recibir clases todo porque la universidad le adeuda mucho dinero al conjunto de profesores y porque están exigiendo un aumento a su salario mínimo.
Pero como dije antes, tengo la ligera impresión que todo se hace como se quiere en ese país (y no precisamente las buenas acciones) y todo queda así, seguimos siendo atrasados, desordenados, ineficaces, descorteces, deshonestos, vulgares y nada parece cambiar… en todo caso que Dios tenga piedad de Honduras, de la buena gente pues, que no son pocos.
Pdta. Gracias sean dadas a Dios por habernos guardado de tremendo terremoto.
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